Eficiencia Energética. Buen 2016.
Si bien es cierto que las empresas energéticas pueden congratularse de haber pasado unos años buenos, con una demanda progresiva de auditorías y certificaciones energéticas, sin duda el 2016 ha sido un año donde el sector ha explosionado gracias, en gran medida, a la transposición de la Directiva Europea 2012/27/UE de Eficiencia Energética.
Aunque se hizo esperar 20 meses y provocó que Bruselas sancionara a España por el retraso, la nueva legislación nacional en materia de eficiencia energética ha supuesto un espaldarazo para el trabajo que realizamos las empresas del sector de la eficiencia energética.
Los objetivos para el crecimiento sostenible y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero fijados por la Unión Europea para 2020 exigen un compromiso por parte de las industrias y grandes empresas para impulsar el ahorro y la eficiencia energética de sus instalaciones.
Pero sin una normativa y unas sanciones claramente establecidas, la tarea de convencerlas de las virtudes de auditar o certificar sus sistemas de gestión de la energía se hace mucho más compleja.
Las empresas a las que les ha aplicado el RD56/2016 tienen encima de la mesa propuestas de ahorro energético, algunas de ellas sin inversión y otras con inversión.
En 2017 se prevé que se implanten medidas de ahorro en todos los sectores gracias en parte a modelos ESE donde el cliente no asume ningún riesgo y obtiene ahorros desde el primer instante.
Esperemos que la transposición de la Directiva Europea 2012/27/UE cree un precedente para adaptar la necesitada legislación Española con la obligatoria y más exigente Europea y aporte grandes ahorros energéticos en todos los sectores de actividad.